viernes, enero 08, 2016

Las mujeres hacemos cómic, sí...



Querido "lectorado":

Va -nuevamente- mi reflexión sobre el debate moneril en cuanto a nosotras.
Las mujeres hacemos cómic, sí.

Excelente, bueno, malo o espantoso, igual que los hombres, sí.

Y es que el arte, el humor, el pensamiento, etc., no son propiedades o atributos exclusivos de un sexo, pero cuando naces con útero la vida ofrece mayores desafíos para dedicarte a tu vocación. Y más si tu vocación se ubica en un gremio de predominancia masculina (siglo XXI, le dicen).

Es un buen debate el que ha surgido por el sexismo en la lista de nominados al Gran Premio de Angoulême (Francia), con cero mujeres, pues el sexismo y la discriminación son innegables en mi gremio, aunque parece tabú la mención de tan lamentable situación.

Yo me considero afortunada: mi trabajo es reconocido (además, soy muy necia -"tenaz, perseverante, de innegable vocación" me dirían si fuese varón-), es referencia en la caricatura política y la historieta, ha viajado y se ha publicado por el mundo, y tengo queridos amigos y colegas que están a favor.

Este año estoy por cumplir 20 años ininterrumpidos 20 de hacer lo que amo -Puras Evas cumplirá sus 15-, y de hacerlo confrontando un sistema patriarcal y político que considero -y lo es- injusto. 

Las viñetas, el humor y la crítica combinados son poderosos, y tienen un efecto en quien nos lee. Es un trabajo-arte con una función social -en mi caso, dedicada a la política y abriendo un nicho al feminismo en México-. 

Quizá por esta efectividad es que tu monera escribiente no tiene espacio en prensa mexicana desde hace casi 5 años -jojo- pero insisto, me considero afortunada pues he tenido generosos espacios a lo largo de mi carrera y hasta el momento en diversas y honorables instituciones, sí.

Mi profesión me ha obsequiado medallas únicas, obsequios que agradezco pues el hacer lo que amas es ya bastante bueno.

Explico mi "necedad": a mi "me eligió" mi profesión desde muy niña. Nunca pensé que fuese algo "de hombres", aunque sólo había firmas masculinas. Me enamoré de la caricatura y el cómic, más que de la pintura, la escultura, la instalación, etc., y aquí sigo con los y las monitas irreverentes, añadiendo mi grano de arena.

Pero pienso en cuántas mujeres se habrán rendido ante el rechazo y la discriminación, refugiando su talento en otras ramas de las artes gráficas, aquí en México o en otros países.

El internet ha venido a abrirle la puerta a muchas mujeres -afortunadamente- para compartir y competir con su trabajo a través de los blogs, las plataformas de web cómic, o las redes sociales más recientemente. El fanzine se ha transformado y expande sus espacios.

No sólo se trata de hacerlo, claro, hay que seguir empujando para modificar las clásicas estructuras que impiden que haya una mayor apertura hacia nuestro trabajo.

Por eso me da gusto que la controversia sobre nuestra presencia surja de vez en vez. Porque antes no era natural que las mujeres estudiáramos, antes no era natural que votáramos o fuésemos votadas, antes no era natural que decidiéramos sobre nuestro cuerpo, etc. 

Así que tu monera escribiente sabe que vamos por buen camino.

Salud.
Cintia Bolio

-Para acompañar esta reflexión, la primera página de mi capítulo de Puras Evas más personal: "Una vida sin dios".

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